ESCUELAS DEL SIGLO XXI
Después de una pequeña introducción en la que hemos podido leer la opinión de una estudiante, vamos a comprobar si realmente existen escuelas que se adapten al siglo XXI. Para ello hemos realizado una investigación para comprobar si existen escuelas innovadoras.
Northern Beaches Christian
School (Sidney): esta escuela australiana tiene una forma de concebir la estructura de la escuela a la que no estamos acostumbrados. Las aulas son amplios espacios en los que se permite que los niños los utilicen como ellos quieran: pueden estar tumbados en el suelo, sentados en sillones, sentados en sillas y mesas... mientras hacen sus tareas. Además, no todos los niños hacen los mismos ejercicios o actividades mientras que el profesor explica una lección sino que en este colegio, los niños eligen la actividad que quieren trabajar (son actividades que tienen como objetivo trabajar las distintas inteligencias) y son los profesores los que se van acercando a cada uno de ellos para ir guiándoles en su trabajo de una forma individualizada. De esta manera, los alumnos de esta escuela trabajan las inteligencias múltiples, algo esencial para poder desarrollarse en un mundo tan cambiante.
Las Escolas Lumiar de Sao
Paulo (Brasil): lo más curioso de esta escuela es que los alumnos y los profesores no tienen horarios fijos y los profesores no se dedican a explicar la lección. Los alumnos trabajan libremente en varios proyectos distintos cada día que previamente han sido elegidos por consenso entre ellos y sus tutores. Los tutores se dedican a observar y guiar a los alumnos en el proceso para que puedan alcanzar los objetivos y las competencias claves para el siglo XXI.
La escuela Quest to Learn (Nueva York): en esta escuela no se dan asignaturas como matemáticas o lengua sino que el tiempo de la clase se dedica al "bienestar", "el modo en el que funcionan las cosas" y otros módulos que resultan interesantes para los más pequeños. Estos módulos se trabajan en proyectos
en los que se incluyen distintas áreas del currículum basándose en los
videojuegos. Las actividades se dividen en niveles y se van ganando puntos que
son las calificaciones, mientras la dificultad va aumentando según se va
avanzando en el juego. Hay unas misiones específicas que se centran en las
áreas de lengua y matemáticas con el objetivo de enfrentarse a retos más
difíciles. Además, durante una hora al día, los estudiantes pueden decidir en
qué contenidos quieren trabajar. Por último, al final de cada trimestre, los
alumnos trabajan por equipos en un proyecto para demostrar si han conseguido el
dominio de las competencias.
La Ørestad Gymnasium (Copenhague): esta escuela danesesa cree que la clave del aprendizaje se encuentra en maximizar el horario y para ello han decidido dividir el día en cuatro módulos de 100 minutos. Cada profesor puede
trabajar en el módulo por proyectos o utilizando otras metodologías pero
siempre teniendo en cuenta que el edificio es tecnológico. En cada módulo se
distinguen distintos tiempos: uno de presentación y transmisión, otro para el
trabajo en grupo y otro para el trabajo individual y la atención personalizada.
Además, los alumnos se pueden mover libremente por las distintas plantas del
edificio y se les deja tiempo libre que pueden dedicar a terminar los proyectos
o a estudiar.
Y estas son solo algunas de las que nos podemos encontrar por todo el mundo ya que son muchas otras las que imparten las clases a través de metodologías innovadoras como la Brightworks School en San Francisco que invita a los niños a aprender haciendo todo aquello que sus padres consideran peligroso. O la AltSchool en San Francisco en la que los niños aprenden a través de la tecnología.
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